.
.
Con dificultosas palabras le dijo en tono acusador:
- ¡bandolera! nadie te quiso nunca, nadie ni siquiera tu madre. Cargué con vos y con tu rimera de vicios, soportando tus cuitas y tus indolencias -.
- Mucho daño me hiciste y siempre te perdone, pero con esta atroz estocada con la que me has desgarrado las entrañas... -
- "se acabo quien te quería" -
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Único, inimitable, siempre el mismo. Bienvenido. O mejor bienvuelto, o bienhallado?
Publicar un comentario